El puente pasado nos escapamos al Cabo de Gata a cargar las pilas. Ya habíamos estado por la zona hace cuatro años (en septiembre octubre, creo) y a pesar de que la depredación urbanística se empieza a notar, sigue siendo la parte más virgen del litoral mediterráneo español. Hicimos excursiones y sobre todo, muchas, muchas fotos (la belleza natural en estado puro vale la pena inmortalizarla… por si dentro de unos años la echamos en falta).
En la foto de Rosa, nuestras sombras sobre el castillo de San Felipe, en Los Escullos.