Descubro en un interesante artículo de Mario Gaviria, profesor de Sociología de la Universidad Pública de Navarra, dos nuevos motivos que sumar a los que ya tengo en favor del uso de las bicicletas como medio de transporte en la ciudad:

Los argumentos a favor de la bicicleta urbana no deben basarse sólo en una racionalidad económica (costos, beneficios), ambiental (contaminación, ruido) o de eficacia en el transporte. El centro de la argumentación debe ser de tipo ético, en el terreno de los valores: Los que circulamos en bicicleta lo hacemos no sólo porque es placentero sino, además, porque moral y éticamente es más solidario con el resto de los seres humanos, con la supervivencia del planeta, con las futuras generaciones, con la igualdad de los seres humanos.
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Debemos argumentar planteando la bicicleta y el tráfico urbano de la bicicleta como una metamorfosis cultural no sólo de valores sociopolíticos sino también estéticos. Una ciudad con muchos ciclistas urbanos es una ciudad culturalmente, artísticamente y estéticamente diferente, no sólo moralmente más dulce, y de eso debemos intentar informar, reeducar a la población.