Acabando agosto, da comienzo la estación más inestable del año. Tormentas, huracanes, inundaciones, un surtido muy completito de catástrofes acecha en las esquinas dispuesto a causar estragos en cualquier punto de la geografía mundial.
Vivimos acostumbrados al miedo. Miedo a los atentados terroristas, miedo a la muerte, miedo a no llegar a fin de mes. El rico tiene miedo de perder lo que tiene y el pobre de no ganar lo que no tiene. Pero el miedo que más miedo da es, sin duda, el que viene con máscara de desastre natural (cada vez más frecuente y señal evidente de la realidad del cambio climático).
Hoy el miedo tiene color: la alerta naranja declarada en numerosas partes de nuestra geografía (y repetida machaconamente a ritmo de 5 veces por minuto en los informativos de hoy).
creo que esto no es una alerta naranja sino una alerta roja, pues estos cambios seguiran afectando;creo que ye es tiempo de nos concientisemos mas y ahora si preocuparnos por lo que esta pasando